Seguramente conoces o sigues en redes sociales a personas exitosas en diferentes áreas. Con un desarrollo profesional notorio, con buenos trabajos, que van al gimnasio, cuidan su alimentación, se encuentran con sus amistades los fines de semana, hacen planes en pareja, crían a sus hijos, viajan y consiguen la mayor parte de las metas que se proponen. Te preguntarás, ¿cómo lo hacen?
Si bien, la fortuna tiene un papel destacado en el camino al éxito, la cualidad más importante de las personas con una vida laboral y personal satisfactoria es la autodisciplina. Al contrario de lo que pueda parecer, no es una virtud innata, sino un trabajo diario. Saber cuándo estudiar, cuándo jugar a una tragamonedas online Chile, cuándo comer… en fin, ejercer cada labor requiere de un ordenamiento personal.
En el siguiente artículo te contamos por qué es tan importante y cómo forjarte un carácter autodisciplinado.
¿Qué es la autodisciplina y por qué es crucial en la vida?
La autodisciplina se puede definir como la capacidad que desarrollan los individuos de controlar sus impulsos y emociones, con el fin de mantenerse enfocados en cuestiones de provecho. Es el poder de autogobernarse y hacer cosas productivas a nivel personal, de salud o de empleo, aun en los momentos en que no se sientan ganas de hacerlas.
La motivación y la chispa de inspiración no están siempre presentes, pero la autodisciplina te hará concentrarte en aquello que es importante, aun cuando estas no aparezcan. Podría pensarse que las grandes obras de arte o los logros deportivos excepcionales son fruto de un talento sobrenatural, pero en realidad su origen más marcado es la disciplina. Son los pequeños esfuerzos diarios qué, sumados, construyen aquello que parece imposible.
De nada vale hacer algo extraordinario un día si al siguiente decides dejar todo en manos de la suerte. La autodisciplina tiene que ver con la constancia y con la fortaleza mental para crearnos hábitos y rutinas que paso a paso nos conduzcan a mejores lugares. Ningún logro notable ha salido de la mera iluminación, ni de trabajar exclusivamente cuando haya ganas de hacerlo. Hay que dominar la voluntad y comprometernos con nosotros mismos.
¿A dónde conduce la autodisciplina?
La respuesta es muy sencilla, a aquello que queremos alcanzar. No tiene que ser un suceso trascendente para la humanidad, puede ser simplemente un peso saludable, una promoción en el trabajo, dejar alguna adicción o pasar más tiempo en familia. El autocontrol es el secreto para mantenernos en el camino correcto.
Un texto publicado en 2017 en la revista del campo científico Academy of Management Annals, propone que las personas que han dominado la autodisciplina consiguen mejores y más duraderas amistades, se alimentan de forma más saludable, elevan su rendimiento académico y es menos probable que acaben envueltos en el abuso de drogas o sustancias nocivas. Asimismo, tienden a ocupar posiciones de liderazgo en sus empleos y a desempeñarlas de forma efectiva. Pero lo más significativo es que gozan de mejor autoestima.
La autodisciplina garantiza satisfacción y bienestar a mediano y largo plazo, eso se traduce en una mejor relación con uno mismo. No se trata de eliminar por completo los gustos y caprichos eventuales, sino de ponderar qué es lo mejor para nosotros y actuar conforme a ello la mayor parte del tiempo.
Consejos para cultivar la autodisciplina y ser exitosos
Como ya hemos dicho, no se nace siendo autodisciplinado. Todos preferiríamos dejarnos llevar por nuestros impulsos y entregarnos a una vida de vagancia y excesos. Sin embargo, también sabemos que esto nos llenaría de culpa y nos alejaría de mejores posiciones en diferentes ámbitos.
Si quieres tener autodisciplina y disfrutar de sus beneficios, apégate a las siguientes recomendaciones:
Haz planes adecuados para ti
Tener objetivos claros es el primer paso hacia las nuevas rutinas que te permitan alcanzarlos. Ellos te recordarán diariamente que tus acciones tienen un fin, dándote un extra de motivación.
Proponte metas a corto plazo que sean factibles para ti, en lugar de cambios drásticos en todos los aspectos de tu vida. Por ejemplo, despertar más temprano, establecer horarios de trabajo, etc. Ten presente que ellas te conducen a algo más grande de acuerdo a tu plan.
Desecha las distracciones
Debes identificar aquellas cuestiones intrascendentes que te hacen perder el tiempo y te alejan de tus objetivos. Por ejemplo, las redes sociales, las compras innecesarias o la comida chatarra. Mantenlas lejos de ti y de difícil acceso para que puedas concentrarte mejor en los cambios que estás haciendo.
Permítete salir ocasionalmente de la rutina
No puedes ser tan inflexible contigo mismo a la hora de establecer nuevos hábitos. Pues, ante la primera caída, acabarás rompiendo el compromiso y dejando todo de lado. Permítete un gusto eventual y recuerda que lo importante es la consistencia en el tiempo.
Descansa y atiende tu cuerpo
Sea cual sea tu objetivo, debes saber que si no has descansado bien y careces de buena salud es mucho más difícil que lo logres. Respeta tus horarios de sueño y descanso. Presta atención a cualquier dolencia que tengas y haz lo posible por mantenerte sano.
