El portal Animation Business informó que la editorial Kadokawa acelerará aún más el negocio de la animación, luego de que sus resultados financieros, liberados el pasado 30 de abril, resultaran positivos tanto en ventas, ganancias y desempeño. El trasfondo de esto es el sólido desempeño del negocio de la animación debido a las fuertes ventas de licencias y la expansión del negocio en el extranjero.

El articulo reporta que buscarán que sus productoras de anime liberen más series, teniendo como «meta» el lanzar 40 animes al año al menos, hasta el año 2023. Cabe destacar que la editorial ha producido 144 animes a la fecha, de los cuales 100 de ellos fueron producidos solo entre 2018 y 2021.

Parte de esta decisión viene en una respuesta a su crecimiento, partiendo desde su año fiscal en 2008 (finalizado el 31 de marzo del 2009), donde obras como «ReZero: Life in a Different World from Zero» y «Sword Art Online: Alicization War of Underworld» estuvieron activos como títulos principales, y el negocio de la animación creció un 9%.

En los últimos años, junto con la expansión del mercado relacionado con el anime, los esfuerzos de cada empresa en el negocio del anime se han fortalecido activamente. Aunque la competencia se está intensificando, Kadokawa tiene la intención de crecer como un actor líder en este campo, centrándose aún más en la animación.

Ética y Responsabilidad en la competencia

Si bien, lo anterior podría ser bueno para los fans del anime, últimamente se ha hecho ver que la industria del anime está más que sobresaturada, sumado al secreto a voces de los altísimos niveles de explotación. Debido a estos puntos, varios usuarios se han sorprendido de estos nuevos planes, pues las consecuencias podrían ser una gran baja de calidad en sus nuevas producciones, cuestionando si es que vale la pena seguir apoyando al estudio en particular.

Todo amante del medio de la animación nipona se emociona cuando se anuncia el listado de estrenos de la temporada, desde favoritos que siempre deseamos ver animados, hasta sorpresas que nos atrapan y nos acompañan por meses, pero pocas veces se considera el nivel de estrés que sufren los equipos de producción, sumada a la fatiga emocional y mental.

En un medio tan competitivo, donde se critica hasta el más mínimo detalle de animación, los estudios cada vez son más estrictos en sus estándares de calidad, pero por desgracia, no se ve reflejado en mayores tiempos de producción, generando deadlines (fechas de entrega) que pueden llegar a ser irrisorias para cualquier industria.

Esto ha llevado a las siguientes preguntas: ¿Hasta donde estaremos dispuestos a aceptar que los ilustradores y animadores tengan que trabajar 24/7 por entregar sus proyectos en tiempos que no son razonables? Por desgracia, la competencia funciona así, y solo está en nosotros ver hasta que punto seguimos apoyando tales niveles de explotación.