Según diferentes fuentes, la salud mental es un estado de armonía que permite a un individuo coexistir con su entorno sociocultural de manera integral. Dicho estado permite que la persona trabaje, interactúe con los demás, se sienta bien consigo mismo y pueda tener calidad de vida. En este sentido, es vital cuidarla desde la niñez hasta la madurez para poder tener comportamientos, emociones, pensamientos y aprendizajes de bienestar.
De acuerdo con el informe 2022 del Foro Económico Mundial, la pérdida de la salud mental se encuentra por vez primera en el sexto lugar entre los 10 riesgos globales a corto plazo para la humanidad. Frente a este panorama, la OMS promueve la atención integral tanto de la salud física como de la mente de los ciudadanos. Además, recomienda que la inversión sea proporcional al porcentaje de la enfermedad según cada región.
Consejos para cuidar la salud mental
Aplicar los siguientes tips resulta positivo para la estabilidad de la salud mental:
Distraerse
Una alternativa fiable para mantener el equilibrio emocional y mental es buscar actividades que nos distraigan y nos saquen de la rutina. Esto significa tomar tiempo para nutrirnos de buena energía, teniendo estados de felicidad más frecuentemente. Por ende, es recomendable salir a caminar entre 30 minutos y una hora diaria, leer, bailar, mirar películas, entretenerse de forma virtual, como por ejemplo, en un casino online como League of Slots y compartir con amigos.
Identificar las emociones
Es importante reconocer cómo nos estamos sintiendo frente a determinadas actividades diarias, y en nuestras relaciones personales. No conviene ignorar los sentimientos, ya que la represión puede desencadenar incomodidad e irritabilidad. También es esencial comprender que los estados de felicidad y positivismo no son permanentes. Así que es válido sentirse triste o enojado en ocasiones.
Escribir lo que se siente y piensa es positivo para identificar nuestro estado de ánimo. Con esta simple tarea se da paso al desahogo y baja la presión mental, y al mismo tiempo vislumbra los cambios que se deben hacer para no caer en estados depresivos.
Enfocarse en lo bueno
Todos los días suceden cosas buenas, sí, incluso los días grises pueden darnos momentos por los cuales agradecer. La tarea consiste en tomarse el tiempo para rememorarlos e internalizar que vale la pena vivir.
No descuidar la salud
Normalmente, cuando nos sentimos estresados y estamos agobiados, el cuerpo reacciona con tensión y dolor. Fijarnos en esos cambios nos permite prevenir situaciones de salud graves. Además, podemos programar actividades que nos conduzcan a liberar todo tipo de presión. Por otro lado, es imperativo tener buenos hábitos alimenticios, dormir las horas reglamentarias, evitar el consumo de alcohol y cigarrillos.
Señales de advertencia
El desarrollo de una enfermedad mental no siempre se determina, contundentemente, con una prueba física o resonancia magnética. Sin embargo, las siguientes señales pueden propiciar un diagnóstico temprano:
- Aislarse de los seres queridos sin razón aparente.
- Tener delirios y escuchar voces.
- Evitar la socialización.
- Dejar de hacer actividades que antes gustaban.
- Autoagresión.
- Pensamientos persistentes.
- Cambios en el hábito del sueño.
- Comer poco o demasiado.
- Sentirse desesperanzado.
- Sentirse sin energía.
Tratamientos para mejorar la salud mental
Según el portal de Policlínica Metropolitana, quienes estén padeciendo problemas de salud mental deben recurrir a terapia psicológica, cognitiva, dialéctica y conductual. Integrarse a grupos de apoyo también contribuye a aliviar dicha afección. Lo importante es esforzarse en mantener el buen ánimo, y cooperar con el médico especialista para cumplir con todas sus instrucciones en pro del bienestar.
Factores que inciden en el deterioro de la salud mental
La salud mental puede deteriorarse por los siguientes factores:
- Factores biológicos, lo que significa que hay una predisposición genética, pero esto no asegura el desarrollo de un padecimiento. Las personas expuestas deben estar atentas para atender cualquier síntoma oportunamente.
- Experiencias traumáticas, sobre todo las vividas durante la infancia y adolescencia, pueden detonar en la adultez.
- La soledad se presenta como un factor de riesgo para la salud mental cuando el individuo no ha desarrollado un “yo” autónomo y resistente. Por lo tanto, las relaciones interpersonales deben cultivarse con el fin de hacer conexiones duraderas y leales.
- Ausencia de hábitos saludables, más que todo lo vinculado al sueño y a la alimentación. Ya que el organismo puede evidenciar cambios hormonales que afecten la segregación de los químicos beneficiosos para el ánimo.
- No tener objetivos, ni actividades en las cuales poner la atención. Aquí se incluye la pérdida del trabajo; no queda por fuera la rutina, puesto que el tiempo es poco para hacer lo que gusta.
- La economía y las presiones sociales llevan a las personas a la ansiedad y a la preocupación. En consecuencia, la angustia, el insomnio, el miedo y creer que no hay salida deteriora la salud mental. De no manejarse bien, el individuo puede decidir suicidarse.
