Mediante un comunicado oficial, Samsung Electronics anunció la muerte de su presidente Lee Kun-hee, de 78 años de edad. Según los detalles, murió acompañado de su familia, junto a su hijo y vice presidente de la compañía, Lee Jae-yong.
Siendo el tercer hijo del fundador del grupo Samsung, Lee Byung-chul, Kun-Hee asumió la presidencia el 1 de diciembre de 1987, dos semanas después de la muerte de su padre. Bajo su dirección, la empresa se volvió uno de los principales desarrolladores y productores de semiconductores del mundo, aumentando en más de 39 veces los ingresos de la compañía en comparación a 1987.
En 2008, dimitió de su cargo luego de acusaciones a la empresa por fondos de corrupción utilizado para sobornar a fiscales, jueces y figuras políticas de Corea del Norte, donde luego de una ronda de interrogatorios, decidió asumir toda la responsabilidad «moral y legal» de los actos. Originalmente, su condena era una multa de 350 millones de won (312 millones de dólares) y una condena de siete años de prisión, pero su encarcelamiento fue perdonado por el presidente surcoreano Lee Myung-bak para mantener su posición en el Comité Olímpico Internacional.
Dos años después en 2010, anunció su regreso a Samsung Electronics nuevamente como su presidente, donde se centró en traer talento de todo el mundo para garantizar que Samsung sea una de las mejores empresas en el mundo. Uno de sus enfoques más fuertes bajo su dirección fue el de poner la calidad sobre la cantidad, haciendo toda una transición al momento de su liderazgo y mejorando la visión que se tenía de la empresa, logrando de esta manera posicionar a Samsung como una de las compañías más importantes de Corea del Sur y llevarlo a ser la persona más millonaria en el país hasta su muerte según Forbes.
Luego de un ataque al corazón en el 2014, Kun-Hee abandonó las presencias masivas y Lee Jae-yong se convirtió en la cara pública de la empresa.
